sábado, 23 de octubre de 2010

Siempre





















Ayer, y justificadamente, me percaté que el mundo se había acabado. Ya no tenía pies sobre tierra alguna y nadie, a quien yo conociera, estaba esa tarde junto a mí.
Floté, en lo que se podría llamar vacío, por muchas horas - si es que estas existen como tal -hasta toparme con aquella chiquilla de mi niñez; a la cual amé, sin saber, durante toda mi existencia.
Y le dije, hablándole firmemente:
- ¿Sabes?, siempre he pensado en ti cuando me he sentido solo y desdichado.
- Lo sé- contestó -, pues yo también pensé en ti. En el otro camino que pudo ser y no fue. En los besos que te pude dar, y no te di, en nuestros posibles hijos que nunca fueron. ¿Pero sabes?, todo eso ya fue antes de este término. Solamente debes mirar un poco más atrás y lo verás.
Lo hice.
Y se me vinieron, una sobre otra, las imágenes, los colores y aromas de decenas de lugares y vidas, de personas, de mis primeros padres, de los últimos, y de todo lo que fue en esa carrera de vidas sobre vidas y de existencias. Y me rearmé en otro flujo de materia. Barrí con deseos y memorias, con sueños y desastres, y entré -otra vez- en la gran tómbola.
Mientras ella, mi amada eterna, me observa con una intrigante sonrisa. Mordiéndose el labio inferior que aun no existe, y con chispas en sus ojos no creados...
Caigo riendo, con una risa que tampoco está. Y quiero estar ahí luego.
De verdad.

martes, 18 de mayo de 2010

NADA


Al parecer ya no era posible sólo sentirse bien. Lo más urgente era poder saber que se estaba en un lugar, cualquiera que haya sido. Lo importante era saberse en existencia.
Para Ema, ese era su gran problema. Se veía, compartía, sentía ciertos impulsos nacidos de sus propios pensamientos, pero no se sentía a sí misma, o sea , no sabía si estaba en ese lugar preciso en un momento dado y si realmente era vista por otros. Esto, cada día fue peor.
La enfermedad de Ema poco a poco comenzó a difundirse por todos lados.
Pronto, nadie sabía qué hacer y cómo tratarla. Los más capacitados gastaron preciosas horas de estudio y análisis. Hasta que un día la conclusión fue más que clara:
Ya nada ni nadie existía hace mucho tiempo en el mundo y, lo que asemejaba existir, era solamente el recuerdo de las memorias de los que antes habían realmente existido, hasta desaparecer de la realidad concreta.
Todos, incluyendo a Ema, al escuchar aquella declaración, se dejaron llevar por las aguas del olvido y muerte en un suave y silencioso instante de nada, en ninguna parte.

sábado, 16 de enero de 2010

Días


Hay días que parece imposible el poder mantenerse despierto, y los sueños se mezclan con lo cotidiano e Isabel me punza con sus arpones la cabeza, una y otra vez, hasta que no controlo más los aullidos y subo por el monte hasta los arrecifes del coral seco. Rara vez olvido las píldoras, pero ellas no mucho pueden hacer, quedan pocas y aun no sabemos por cuanto tiempo estaremos aquí. Tengo frío y sueño, Isabel nos cuida, pero desconfiamos de ella y de sus cuidados. Siempre parece que tiene un oscuro plan dentro de aquella enorme cabeza azul, nos morimos aquí, junto a los caballos, a los delfines y a las rosas blancas. Tenemos mucho sueño y pronto caerá la noche una vez más.
Tengo mis pastillas, tengo memoria, y sé que de esta puedo salir. Isabel está lejos y los controles se encuentran desconectados. Es mí oportunidad de escapar de esta enorme cama con tentáculos que aprietan y aprietan.
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